Sé que ya se ha mencionado en múltiples blogs, pero desde mi refugio veraniego no quiero dejar de poner mi granito de arena para difundir el mecenazgo de este nuevo juego de rol.
Yo fui uno de los afortunados testeadores del juego y he de reconocer que al principio no me atraía para nada, acepté jugarlo porque el resto de mis compañeros tenían ganas de probar algo nuevo, pero finalmente salvo por algunos detallitos me gustó bastante la mecánica y muchísimo la ambientación (siempre recordaré cómo maté a un dios xD).
Pues lo dicho, en mi caso como modo de apoyo y por un lado friki coleccionista, me he decantado por la opción más barata con producto físico, pero hay opciones con copias digitales mucho más baratas.
A los 2500 euros necesarios se llega sí o sí (en el momento de mi aportación iba por 2380) así que ya tengo ganas de tener mi libro entre manos.
Podéis apuntaros aquí.
Os dejo una descripción de la ambientación por si os pica la curiosidad.
Entre las cuencas del Idigna y el Buranum se encuentra el Imperio de Akkad. Conquistado y gobernado por Sargón el Alquimista desde hace más de 2000 años. Primer y Único Emperador. El más grande desde Gilgamesh. Allí los Awilu viven rodeados del lujo y la comodidad, mientras los Mushkenu y los Wardu, las razas creadas, trabajan por ellos y les protegen de todo peligro.
Enmerkar, Rey Brujo de trenzadas barbas, domina con puño de hierro la ciudad de Uruk. El sacrificio de incontables vidas a los deseos de los dioses de las estrellas desde lo alto del Ziggurat le proporciona conocimiento y poder. Shuk-Nippurash, la que no necesita esposo, trae la fertilidad a Kish. Los Fenicios, artesanos sordomudos, ofrecen su mercancía a los comerciantes de Assur a cambio de vidas. Una revuelta de aquellos esclavos que temían ese destino es sofocada en Lagash. La peste, sin duda invocada por algún Brujo rival, se ceba en Nippur. Las incursiones de los Cimmerios desde las montañas del norte y de los Amorreos desde el desierto del oeste se saldan con violentos combates. Armas de bronce chocan entre sí y la sangre es lo único que riega la árida estepa entre los ríos.
En Akkad la libertad no existe. En Akkad la vida no vale nada. Dicen que es el precio de la civilización.
Pero no siempre fue así. Antes era Sumer. Pero los que aún conocían la escritura perdida huyeron con Hammurabi. Con su dios Enlil derrotado, fundaron la ciudad subterránea de Babylonia, a dónde no llega la enfermiza luz de las estrellas. Más de dos milenios lleva La Puerta de Ishtar, que permite su acceso, cerrada.
Todo está a punto de cambiar. La Puerta se ha abierto.
Saludos.
Muchas gracias por la difusión. 🙂