El amigo Rakinalef me preguntó en los comentarios de mi última entrada acerca de la magia rúnica introducida en la segunda edición de Elric of Melniboné de Mongoose. Me ha parecido un tema interesante a tratar, así que le dedico esta entrada donde podré extenderme más que en los comentarios.
Como ya he comentado en otras ocasiones, una de las diferencias fundamentales de esta versión de Elric con respecto al Stormbringer de Chaosium es la desaparición de los demonios ligados o atados a objetos. Sí, es muy espectacular y me encanta leer módulos donde aparecían espadas demonio, puertas demonio, trirremes demonio… pero por otro lado no es nada fiel a las novelas de Moorcock donde los casos de objetos con demonios atados son muy puntuales e incluso es muy discutible que realmente se traten de demonios.
Para mitigar esta desaparición y hacerlo más fiel a las novelas se creó, entre otras, la magia rúnica.
La magia rúnica parte de que los personajes pueden canalizar su fuerza interior (el PODer) hacia el exterior a través de unas runas representativas de cualquiera de los miles de aspectos que componen el multiverso (fuego, agua, sueño, mujer, oscuridad, velocidad…). Estas runas tienen una representación pictórica, pero también verbal, siendo necesario pronunciar ciertos versos asociados en la lengua alta de Melniboné (el habla primigenia de los melnibonenses y lenguaje usado para la magia).
Este tipo de magia puede ser usada por cualquier personaje, aquí no hay clases de magos como en otros juegos, pero tienen que cumplir ciertos requisitos como conocer la runa en cuestión (normalmente aprendidas en cultos a los dioses) y ser capaces de hablar la lengua alta de Melniboné (a la hora de hacer la tirada para ver si se tiene éxito en activar la runa se toma el porcentaje menor de los dos mencionados).
Las runas por su parte se pueden usar verbalmente o inscribirse en objetos. En el primer caso se usarán los puntos mágicos para crear un efecto inmediato (por ejemplo una bola de fuego usando la runa del fuego), recuperándose al ritmo normal. En el segundo caso sin embargo lo que se hace es dedicar una cantidad de puntos mágicos de forma permanente (mientras se deseen mantener los efectos de la runa), no recuperándose, para conferir un efecto al objeto en cuestión (por ejemplo una runa de pureza inscrita en una copa de vino podría neutralizar un posible veneno en la bebida de forma permanente).
Otra cosa a tener en cuenta es que las runas inscritas no desaparecen. Si el creador de la runa deja de dedicar puntos mágicos al objeto porque ya no le interesa, cualquier persona que conozca esa runa podría dedicar sus propios puntos para volver a activarla (previa tirada exitosa, claro).
Distintas runas pueden combinarse entre sí para dar lugar a efectos más complejos (por ejemplo una espada con runas de frío y caos podría hacer un daño extra por congelación a demonios), los límites los impone la imaginación de los jugadores y el buen juicio del director de juego.
Bueno, a simples rasgos éste sería el funcionamiento de la magia rúnica, si alguien tiene alguna duda o quiere profundizar más que no dude en preguntar 🙂
Saludos.